Empezaremos por describir qué es el estrés, aunque se relaciona con un estado patológico, nada más lejos de la realidad. El estrés es una respuesta que tiene el ser humano ante cualquier situación amenazante o de excesiva demanda y que está al servicio de la supervivencia de la especie y del sujeto. Pongamos un ejemplo, imaginemos al “homo-erectus” paseando tranquilamente por su hábitat, donde aparece un animal que no viene con buenas intenciones, pues esa carrera, ese trepar el árbol, ese esconderse, etc. es la respuesta hacia el estrés agudo.

En nuestra época, la que conocemos como la era de la tecnología, las amenazas son mucho más abstractas (normalmente vivimos en sitios seguros, donde no hay animales con malas intenciones) por lo que las amenazas viven más en nuestras mentes y no tanto en el mundo físico, tenemos miedo a perder el trabajo, a perder seres queridos, a tener una enfermedad incapacitante, a no estar a la altura en un examen, a no llegar a tiempo a un evento importante, y un largo etcétera, que nos hace estar en continua tensión, es lo que se conoce como estrés crónico.

Por lo que podemos decir, si la respuesta es eficaz y controlada por el sujeto y además nos genera una mejor adaptación, estaremos ante una respuesta de estrés agudo. Por el contrario, cuando hablamos de estrés crónico, hablamos de una respuesta que se mantiene en el tiempo, lo que produce una situación de alarma física permanente, que suele desencadenar problemas de salud.

El estrés crónico está íntimamente relacionado con el inicio de muchas enfermedades físicas, como las cardiovasculares, cáncer, diabetes, enfermedades autoinmunes, trastornos gastrointestinales, enfermedades pulmonares, enfermedades neurodegenerativas y, por supuesto, acelera el envejecimiento celular. Pero esto no es todo, pues la ansiedad, los trastornos del sueño, la depresión, el trastorno bipolar o la esquizofrenia entre otros son los efectos psicológicos del estrés crónico.

Con todo lo expuesto vemos que el estrés crónico es más peligroso de lo que podríamos pensar en un principio, y se destapa como una de las enfermedades más importantes de nuestro siglo, porque, además, tiene una prevalencia muy alta, ya que más de la mitad de los trabajadores españoles declaran sufrir estrés, y por que según los datos el estrés crónico ya es la primera enfermedad psicológica por delante de la depresión.

Cuántas veces habremos escuchado en consulta, ”si yo intento no estresarme, pero es que tengo muchas cosas que hacer”, “para ti es muy fácil decirlo, pero díselo a los que tengo en casa que no me dejan parar”, “¿tú sabes la de trabajo que tengo yo?”, “si no me da tiempo ni para mirarme en el espejo”, y podríamos estar así hasta mañana. Y estaréis pensando, ¿Qué puedo hacer para controlar el estrés?

Pues lo primero es no obsesionarse, puesto que, eso generaría más estrés, y luego ir haciendo cambios de vida, a una vida más saludable, pero como acabamos de decir sin que esto genere más estrés. Desde Instituto Omnes estas son las pautas que proponemos:

  1. Cambios de alimentación: Aquí principalmente recomendamos organizarnos, en periodos de estrés solemos descontrolar los horarios, o comemos más de la cuenta, o nos saltamos alguna comida, o comemos rápido y sin masticar… es importante regular el horario de las comidas y no saltarse ninguna. Comenzar a alimentarte mejor, alejándote de alimentos procesados y acercándote más a alimentos reales o más naturales, verduras, frutas, legumbres, semillas y proteínas bajas en grasas. No abuses del café es una bebida excitante, que puede generar insomnio, taquicardia y ansiedad y al cual le dedicaremos en un post más delante.
  2. Practica deporte:  La actividad física es muy importante en esta era de sedentarismo, y aunque tu trabajo sea físico, debes sacar tiempo para practicar algo de deporte, puesto que eso liberará la mente y te generará unas ganancias físicas que harán que enfrentarte a tu trabajo y a tus quehaceres diarios sea más fácil.
  3. Descansa: Uno de los principales agentes estresantes es la falta de sueño, o de descanso, por eso desde aquí os recomendamos que tratéis de iros pronto a la cama y que durmáis una media de 8h, es necesario para regenerar al sistema endocrino (sistema que regula las hormonas) y para no empezar el día con déficit de energía.
  4. Practica el mindfulness: Cuando estamos estresados, es muy importante tener un tiempo para nosotros donde intentemos comprender y aceptar las situaciones. Centrarse en el aquí y ahora te permite relativizar la importancia de lo que nos sucede, promueve las emociones positivas y reduce el impacto negativo del estrés en el organismo.

En conclusión, podemos decir que el estrés crónico es una de las grandes enfermedades de este siglo, que la prevalencia en la sociedad de esta enfermedad es muy importante, que el estrés crónico es el detonante de muchas enfermedades físicas y psíquicas, que haciendo pequeños cambios de manera paulatina podemos sobrellevar, incluso hacer desaparecer ese estrés.

Y para despedirme, quiero dejaros una frase que siempre nos recuerda nuestro Coach Nacho Blanco: “el 90% de las cosas que nos preocupan, nunca llegan a ocurrir”. Un Saludo y os espero en el próximo artículo.

Bibliografía:

Bonet, J. (2005), «Integración Psiconeuroendocrinológica, Esteres», en J. Moguilevsky (ed.), Ansiedad, Depresión, Fisiología Endocrina de la Reproducción, Buenos Aires, jam Servicios Gráficos.

Cardinali, D. (2005), Manual de Neurofisiología, (9ª. Edición). Buenos Aires, Mitre Salvay.

Carlson, N. R. (2000), Fisiología de la conducta, Barcelona, Ariel.

Fernández-Montalvo, J. & Piñol, E. (2000). Horario laboral y salud:Consecuencias psicológicas de los turnos de trabajo. Revista dePsicopatología y Psicología Clínica, 5, 207-222

Robert M. Sapolsky (2019) ¿Por qué las cebras no tienen úlcera? Madrid, Alianza Editorial.

Webgrafía:

https://www.gentleman.elconfidencial.com

https://we-doctor.com

https://actualidadsanitaria.com

Rafael Filguera.

Fisioterapeuta Col. 41/6289.