¿Eres de los que toma 3-4 tazas de café/día?¿De los que no concibe empezar el día sin esa taza de café?

Cuando habituamos al cuerpo a obtener energía del café u otras bebidas con cafeína (té, bebidas energéticas, cacao, refrescos con cafeína…) resulta impensable poder llegar al final del día sin esta ansiada bebida. ¿Has probado alguna vez a no tomarlo? No a reducir su dosis, sino dejar de tomarlo. El cuerpo da señales de abstinencia, fuertes o constantes dolores de cabeza, cansancio, fatiga, mal humor, inquietud… porque sí, el cuerpo pide esa droga a la que le tenemos habituado, pide su estimulante para poder mantener nuestro frenético ritmo de vida y poder arañarle unos minutos más de energía a nuestro día. Pero, ¿realmente te hace falta?

Ya sabéis la importancia que damos en Instituto OMNES a parar y ser consciente de lo que hacemos en nuestro día a día, tomamos café de forma automática, por rutina, por una cuestión social… pero, ¿cuántos os paráis a pensar si os hace falta ese café?, ¿cuántos os paráis a pensar cuántos cafés os habéis tomado hoy?

Uno de los motivos por el que tanto recomendamos reducir su dosis o incluso plantear épocas sin café es porque éste estimula el cortisol en nuestro cuerpo, lo que se conoce como la hormona del estrés y actualmente lo que realmente nos hace falta es reducir todo aquello que nos provoca estrés, no lo que ayuda a aumentarlo, ¿no creéis?

La cafeína, uno de los componentes que nos trae hoy aquí a hablar del café actúa a nivel del sistema nervioso central estimulándolo, pero por suerte o por desgracia nuestro cuerpo posee una cualidad de adaptación que también afecta a esto, un consumo excesivo y continuado de café hace que el estado de alarma del cuerpo ya no se perciba de la misma forma (es cuando ya estamos habituados y creemos que no nos “quita el sueño”) pero el estrés que provoca dentro de nuestro organismo se sigue manteniendo, aumentando de esta forma el cortisol en nuestro organismo e indirectamente, la acumulación de grasa en reposo.

El cortisol es una hormona que realmente segrega nuestro propio cuerpo de forma natural a ciertas horas del día y he ahí el dilema de cuándo recomendar tomar café para que no interfiera en dicha producción natural. Hay muchos estudios que recomiendan tomar café cuando el cuerpo no está fabricando cortisol de forma natural, para evitar que éste se vuelva vago, ya que si se lo das de forma artificial el cuerpo puede ir disminuyendo su propia producción. Las horas de pico de cortisol del organismo rondan las 8.00-9.00h, 12.00-13.00h y 17.30-18.30h, pero si de lo que tratamos es de reducir el estrés, ¿cómo vamos a dar café cuando el cuerpo realmente lo que necesita es disminuirlo?

Por tanto, mantener alto el cortisol a la larga está relacionado directamente con distintas disfunciones hormonales así como con enfermedades cardiovasculares (sobrepeso, obesidad, hipercolesterolemia, hipertensión…).

Otras de las acciones que produce es interferir con la adenosina y la melatonina, otras hormonas que segrega nuestro cuerpo para poder descansar o combatir el estado de alerta al que estamos sometidos constantemente. Por lo que vemos tanto por un lado como por otro, no ayuda al organismo a reducir el estrés o incluso mejorar el descanso nocturno.

Además de su influencia negativa a nivel hormonal puede actuar como tóxico en otros sistemas del organismo provocando otras contraindicaciones:

  • A nivel digestivo, aumenta los ácido gástricos produciendo más acidez y pudiendo irritar el revestimiento del estómago o intestino empeorando las propias digestiones, causando dolor o incluso distensión abdominal. 
  • A nivel intestinal, aunque en un primer momento puede parecer que ayuda al estreñimiento por la estimulación del intestino, nada más lejos de la realidad. El café aumenta la deshidratación y a la larga puede empeorar el estreñimiento.
  • A nivel óseo, tomar demasiado café puede estar relacionado con mayor riesgo de osteoporosis, ya que por un lado disminuye la absorción del calcio a nivel intestinal y por otro aumenta su excreción, lo que puede conducir a una pérdida de masa ósea. Además, interfiere en la acción de los osteoblastos (células que participan en la formación de hueso nuevo).
  • A nivel renal, al ser un diurético si se tiene un estado renal normal simplemente le hará orinar más pero a la larga puede empeorar una enfermedad renal e incluso, irritar la vejiga. 

Pues bien, no todas son malas noticias, tomar café de vez en cuando puede dar algunos beneficios pero no distintos a los que puede dar una alimentación variada, equilibrada y natural, así que ya sabemos que en el término medio está la virtud y es que el secreto es no abusar del café u otras bebidas estimulantes para que cuando las tomemos hagan el menor daño posible a nuestro organismo, las disfrutemos y además obtengamos sus beneficios cuando realmente lo necesitemos.

Por supuesto, lo ideal para empezar a reducir el estrés y regular nuestro organismo  además de las pautas que os recomendamos en nuestro post de estrés, desde Instituto OMNES, os animamos a reducir o evitar el consumo de café y probar otras opciones como la maca, el té matcha, la achicoria, infusión de jengibre, zumos verdes o té verde. Si no sabes cómo hacerlo siempre puedes ponerte en contacto con nosotros y te ayudaremos o asesoremos en todo lo que esté en nuestra mano.

Como siempre, un placer haber pasado un ratito con vosotr@s.

Bibliografía y webgrafía:

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