(Destrezas básicas sanas vs destrezas aprendidas sanas)

“La calidad del movimiento marca el éxito de tu entrenamiento”

Hola a todos los lectores de este blog. Me presento, me llamo Juan, soy fisioterapeuta diplomado en la universidad de Sevilla. Hoy os voy a dar un enfoque sobre esa palabra que a todos nos gusta. “MOVIMIENTO”.

Doy un salto breve para salirme de la temática del título porque quiero hacer referencia previa para que entendáis el contexto en el que se mueve este artículo de opinión. Hoy nos remontamos a septiembre del año pasado. Estaba en Bilbao cenando con mi compañero Javi Gavilan (clínica Buchinger) y nuestro profesor Rubén Fernández (clínica Reeducortex) en el último seminario de Integración de RPG. Rubén nos contaba (con botella de vino, porque a estos rpgistas hay que convencerlos con un buen vino) que en 2020 iniciaba una formación que él entendía necesaria para todos los fisioterapeutas. Y nos estaba contando que había que ofrecerle a la Fisioterapia algo que no se estaba haciendo. Hoy se habla del control motor y ejercicio terapéutico como hace 20 años se hablaba de osteopatía, lo cual está muy bien. No voy a entrar a hablar que es mejor o peor, hoy no trataré sobre esa discusión. Como fisioterapeutas es necesario que acompañemos al paciente desde la camilla al movimiento. Y antes de empezar con el ejercicio, entrenamiento, repeticiones, etc… hay que enseñar a moverse. Así que allí que fuí con mi querido Christian Moreno (de clínica Activa Saude) que se apunta a todas las formaciones post grado. Nos presentaron a Tomás Bonino que es el profesor de este postgrado, a quien agradezco toda esta cantidad de informacion y enfoque terapéutico, el cual intentaré exponeros brevemente en el post de hoy.

Volvemos al inicio del objetivo de hoy que es hablar sobre las destrezas básicas y adquiridas. La idea es, “si te mueves un poquito mejor” vas a gestionar y mejorar un montón de cosas que nuestro sistema por sí solo gestionará. El buen movimiento no existe, debemos hablar de movimiento eficiente. Da igual si eres deportista profesional, amateur o sedentario. Entender movimiento como tal es referirse a los patrones básicos del movimiento, independientemente del movimiento que sea. Si para coger un vaso que está en un mueble alto y no alcanzamos, analizamos qué es para nosotros un “buen” movimiento y sano, es inevitable que éste sea un movimiento fluido, con confianza, pausado seguro y bonito. Y si os habéis imaginado saltando, estirando al máximo ese brazo, inclinando el cuello, abriendo la boca o mordiendo el labio, los pies de puntillas, etc… pues muy sano no ha sido coger ese vaso. Hemos movido la mano y, a partir de ahí, construido el movimiento. Para que un movimiento sea eficiente hay que usar muchas partes del cuerpo repartiendo bien el trabajo para no sobrecargar ninguna estructura ni dañar al sistema osteo-neuromuscular. Debemos de seguir analizando con otro ejemplo que al referirnos a movimiento bueno, estamos diciendo en realidad que estamos eligiendo una opción de movimiento eficiente y sano. No hay movimiento bueno o malo. Hay opciones, pero esa opción no debe de ser patológica, ni poco eficiente o perjudicial para nuestras estructuras. Para moverse bien y sano tenemos que conseguir adaptarnos al medio, al entorno, a la situación que queramos superar, a la fluctuación que sea, a los cambios que sucedan. Ponemos el ejemplo de una persona mayor que tiene ese temor o miedo a caerse y romperse la cadera. Aunque no tienen miedo a caerse, suelen ir más rígidos a posta y tienen miedo a que alguien les desequilibre o choque. Es la poca o nula capacidad de reacción a un empuje o resbalón lo que les hace tener ese miedo. Por el contrario las personas que se adaptan mejor, son las que les da igual si hay una rampa, un escalón, si hay que hacer mucha fuerza o poca o si tienen que sentarse a trabajar en el suelo sin mesas ni sillas. Si tu sistema no esta preparado para adaptarse a las fluctuaciones del medio no estás en el camino de tener un movimiento bueno y sano (entre otros aspectos. Esto es más complejo y hay más variables que no he nombrado).

Como referencia en la antropología del movimiento, si hemos nacido sanos física y neurológicamente, todo empieza desde la etapa de bebé. Como su nombre nos está indicando, ¿de dónde viene el movimiento? Pues hay que analizar qué nos pasa desde que éramos pequeños. El primer año es una referencia del momento de la neuroconstrucción de nuestro sistema de movimiento, que en el futuro nos dirá lo que seremos de adulto. La destreza se utiliza para nombrar la capacidad con que una persona lleva a cabo de manera satisfactoria una tarea o un trabajo.

Destreza básica: es la actividad en la que el resultado no se diferencia mucho entre hombres y mujeres ni por la edad. Es decir, son las actividades como levantarse, lanzar objetos, caminar, correr, trepar, golpear, luchar, gatear, agacharse, flexionarse o rotar. Hay distintos autores que desarrollan su metodología según estas destrezas.

Destreza adquirida: Según vamos creciendo y desarrollando estas destrezas básicas vamos generando nuevos movimientos y combinaciones. Serían todas las actividades desde fútbol, danza, lucha, yoga etc.

Requerimos de estas destrezas básicas controladas sanas para ir sumando destrezas adquiridas sanas. Por lo que, al hablar de movimiento sano, calidad de movimiento, actividad deportiva o cualquier arte escénica que practiques, debemos de centrarnos en desarrollar y mejorar estas destrezas básicas y no caer en un movimiento patológico de nuestras articulaciones. (disfunción articular).

Para concluir, el movimiento engloba todas las actividades que vamos haciendo día a día. Necesitamos una base controlada, sana y coordinada para tener movimientos eficientes. Sin estas destrezas básicas sanas no sumaremos las destrezas adquiridas sanas. Nuestros patrones básicos surgen desde nuestra etapa de bebé. Cualquier movimiento repetitivo, sin variantes, ni control, protocolizado y estructurado, será lesivo para tu sistema de osteo-neuro-muscular. La solución pasa por el re-aprendizaje del movimiento.